Hace unas semanas hablaba con mi amigo César. Éste me contó que él y otro amigo estando frente al ordenador crearon un perfil ficticio en una página web de contactos. La foto que pusieron a ese personaje era la foto de un tipo buenorro de esos que no existen en la vida cotidiana. Es decir, un modelo (¿a seguir...?). A este personaje le llovían las ofertas, los chats y las ganas de contactar con él. Mi amigo y el otro chico hicieron una 'prueba'; ocultos tras la máscara de ese personaje ficticio fueron lo más desagradable que pudieron. Fueron déspotas. Engreídos. Bordes. Etc. Sorprendentemente le hacían caso e intentaban quedar con él o le seguían la corriente pues... simplemente era irresistiblemente guapo.
¿En qué nos estamos convirtiendo? ¿Cuán importante es la aparencia física en estos días en los que vivimos? Próximamente dará comienzo en Antena3 un programa llamado "Cambio radical", seguro que han oído hablar de él. Si nos paramos a pensar un poco llegaremos a la obvia conclusión de que la persona-'conejillo de indias' será en esencia la misma, pero el aspecto cambiará (para convertir a ese supuesto 'patito feo' en supuesta 'persona guapa'). ¿Y si, de repente todos nos convertimos en guapos? ¿Habrá suficiente ÉXITO a repartir entre todos nosotros que seremos (todos) tan sumamente guapos?
Y ahora que me viene a la memoria..., ¿se han parado a escuchar con detenimiento la letra de la última canción de Paulina Rubio: 'Ni una sola palabra'?. ¿Han puesto atención en esa frase que dice: "...salgo a encontrarte y me pierdo en cuanto busco una oportunidad, un milagro o un hechizo: volverme guapa y tú, guapo conmigo".
¡Oh!,¡cuánta belleza interior rezuma esa frase...!
Pero les confesaré algo...ahora mismo me encantaría volverme guapa y tú, te volvieras guapo conmigo.
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