Tuesday 16 January 2007

¿esas sanguijuelas piensan?


¿Se han topado ustedes alguna vez con el típico frikie que te engaña, y digo ‘te engaña’ porque al principio hasta te parece increíblemente estupendo y amigable, dándote una imagen de positividad suprema (totalmente falsa)? Sí, seguro que sí. Es ése que habla más de la cuenta pero, lo peor de él (o ella) no es eso, lo peor es que se hacen pajas mentales solos. Ellos se lo guisan. Ellos se lo comen. En un principio te vienen con afirmaciones acerca de tu persona tales como: ‘¡Me has caído superbien! ¡De verdad! No sé porqué pero ¡me caes superbien!’. Eso que dicen, estaría ‘superbien’ si te conocieran algo más, de un par de charlas (por lo menos). Pero no; sorprendentemente eso te lo sueltan nada más verte. Nada más ‘compartir’ unos pocos minutos contigo. Te aturden, te atosigan diciendo y repitiendo un par de veces (lo de repetirlo mucho y hasta la saciedad va con ellos), por si no te quedó claro, que es su intuición, el más allá o la alineación planetaria la que le comunicó expresamente que tú y sólo tú eres un tío o una tía de puta madre y que no sabe muy bien por qué le das buen rollo, pero se lo das. Huele raro, ¿verdad?.
Yo, que siempre he sido muy celosa de mi espacio vital, me he sentido muy incómoda con estas personas que invaden sin piedad mi espacio vital. Han sido compañer@s de trabajo, de escuela, de actividades o de lo que fuera. Se te acoplan como una lapa y, sin saber tú muy bien por qué, te hacen sentir como una cucaracha: culpable de cualquier cosa que hagas o dejes de hacer. Son invasores natos con carácter impositivo a la hora de exponer sus monólogos, porque son monólogos lo que te sueltan, no te escuchan. Por ejemplo: ‘¡Hola! ¿Qué tal? ¡Qué guapa estás¡ ¿qué haces? ¡Ven a verme!, ¡ah!, ¿no quieres venir a verme? ¡Ah perdona! ¡Yo pensaba que éramos amigas…, ¡ya veo que me he equivocado!’. Y todo esto lo sueltan sin darte tregua para tomar aire o intentar decir algo.
¡Coño! ¡Claro qué te has equivocado guap@ si creías que yo era tu amiga! ¡Por Dios! ¡Déjame tranquila! ¡Necesito mi espacio, mi aire, mi todo! ¡¡Jajajaja!!!! ¡Qué peñazo de tío/tía! ¡Por favor…! Son gente extremadamente manipuladora. Sin escrúpulos. Dan la vuelta a la tortilla con sus artilugios de palabras, se enfadan y desenfadan contigo (bueno, con la idea mental de lo que ellos tiene acerca de ti) y de repente te descubres a ti mismo sin energías, agobiado y con ganas de decirles cosas hasta, incluso me atrevería a decir, feas.
Yo soy una de esas personas a las que no hay que dar mucha cuerda para provocar una mala contestación, no obstante, intento ser medianamente educada. Ahora, eso sí, cuando viene el ‘memontohistoriasyosolito y de paso tedejosinenergíasyconsentimientodeculpabilidad’ de turno, y me busca las cosquillas…, os aseguro querid@s amig@s.... que las encuentra…
Y yo me pregunto..., esas sanguijuelas... ¿piensan?

No comments:

Powered By Blogger